Las sesiones de recién nacido por norma general son las más largas, suelen durar entre 2 y 3 horas, la mayor parte de este tiempo se invierte en atender al recién nacido, darle de comer, cambiarlo, tranquilizarlo y dormirlo.
El estudio está preparado con todas las comodidades para que la mañana que dediquemos al pequeño, sea lo más confortable posible tanto para el bebé como para los papás.
Se considera recién nacido un bebé durante sus primeros 15 días de vida, lo ideal es fotografiarlo entre los 5 y 12 días pero no después de los 15 días.
Durante las 2 primeras semanas, el recién nacido aún conserva la pose fetal y es más fácil manejarlo sin que se despierte.
A partir de los 15 días, el bebé se va despertando y puede molestarse más si le intento colocar, también empiezan a aparecer los primeros cólicos o gases y posiblemente acné del lactante.
Por supuesto que sí, si el bebé está relajado y no le apetece dormir se le harán algunas fotos también despierto, el inconveniente de que el bebé esté despierto es que prácticamente solo se le puede fotografiar boca arriba y envuelto porque los movimientos involuntarios de brazos y pies y los gestos de los recién nacidos no suelen ser siempre muy estéticos para la toma.
El objetivo de fotografiarlo dormido es que su cara está relajada y se le puede colocar en poses que despierto es casi imposible.
Sí, aunque es recomendable que el hermanito solo esté durante el rato que se le va a fotografiar juntos. Las sesiones son largas y a los niños no les suele gustar estar encerrados tanto rato, esto provoca que se pongan nerviosos y se rompa la calma que es necesaria para este tipo de sesiones.